Suena muy ochentero pero no fueron pocas las generaciones de niños que sufrieron las 2 horas reglamentarias de espera después comer antes de poder bañarse. No sabemos si aquella norma estaba más pensada para que los padres se pudieran echar tranquilamente la siesta que porque en realidad existiera una creencia de que la digestión de nos pudiera «cortar» por bañarnos.
Es cierto que durante décadas se pensó que era peligroso bañarse después de comer, pero como afirma el doctor Luis Moreno Almazán, jefe de Servicio de Aparato Digestivo de los Hospitales Universitarios HM Montepríncipe, HM Torrelodones y HM Puerta del Sur, la propia expresión «corte de digestión» es poco acertada, ya que realmente es una «hidrocución».
La hidrocución se trata de un cuadro sincopal producido por el cambio brusco de temperatura al entrar nuestro organismo en contacto con el agua fría. «Es decir, no es un problema digestivo, sino cardiocirculatorio. El contacto brusco con el agua fría produce una disminución de la frecuencia cardiaca con disminución del flujo de sangre al cerebro que puede llevar a la pérdida de conocimiento e incluso a la parada cardiorrespiratoria», explica.
Una hidrocución puede estar provocada por meterse bruscamente en el agua después de: tomar el sol durante mucho tiempo, estar acalorado, hacer ejercicio físico intenso, realizar una comida copiosa o tomar algunos psicofármacos.
Los síntomas son cefalea, palidez, náuseas, vómitos, mareo, visión borrosa, pérdida de conocimiento (en casos graves) y parada cardiorrespiratoria (en casos extremos, muy poco frecuentes).
«La medida más eficaz para prevenir una hidrocución es no zambullirse de golpe, sino entrar poco a poco en el agua mojando los pies, las muñecas y la nuca, así como evitar la exposición prolongada al sol o comer mucho antes de meterse en el agua», señala el doctor Moreno Almazán.
El experto concluye afirmando que sí está permitido el baño después de comer. «De hecho, si tenemos a nuestros hijos durante dos horas expuestos al sol sin bañarse, podemos favorecer que una vez cumplido el tiempo, se lancen ansiosos al agua y sufran una hidrocución. Recomiendo prudencia, comer con moderación y meterse despacio en el agua», concluye el experto.
¿Cómo actuar frente a una hidrocución?
– Se debe salir inmediatamente del agua y, en casos graves, avisar a los servicios de emergencia.
– Si el paciente está inconsciente pero respira, hay que acostarle de lado, a la sombra, y vigilando su respiración.
– En caso de parada cardiorrespiratoria, hay que avisar inmediatamente al 112 y realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Fte.: Salud Revista